Martes.
Mis ojos desean cerrarse ahora mismo.Pero quiero vivir aún un poco más con ellos,aunque se nieguen a hacerlo.No les importa,claro.Mi cuerpo entero desea abandonarme,sino le he tratado como ha pedido,sino le he dado cuanto quería.Algo o alquien que trasciende mi yo y lo supera invencible es lo que o quien intento encontrar todos los días,escribiéndole,sentándome a la ventana aullándo para que vuelva (ya lo he visto alguna vez)o tan sólo rogando por él o ella,o.Déjame seguir sola,le diré.Miraré sus ignotos y oscuros ojos cuando no me oiga,y haré que se deslice agua cristalina por su párpado,porque sé que no soportará mirarme,ver qué ha hecho de mí,lo inconmesurable de su poder y dominio.
Sospecho por otro lado que me costará olvidarlo,me ha permitido disfrazarme hermosa de otra y dejar a ésta que escribe nostálgica,y así poder conocer todo,investigarlo,husmear por todos lados y descubrir que fue todo un engaño,que la vida era otra cosa.
Déjame seducirme por el suicidio,que es la fuerza máxima que la voluntad del hombre puede alcanzar.
Sospecho por otro lado que me costará olvidarlo,me ha permitido disfrazarme hermosa de otra y dejar a ésta que escribe nostálgica,y así poder conocer todo,investigarlo,husmear por todos lados y descubrir que fue todo un engaño,que la vida era otra cosa.
Déjame seducirme por el suicidio,que es la fuerza máxima que la voluntad del hombre puede alcanzar.
2 comentarios
picolandia -
precisamente los escritores japos, tenían esa maldita costumbre.
bueno, hay un suicida que adoro, y es ian Curtis, claro.
Pero él lo hizo con 23 años, así que tiene más mérito
H.G. -